Nos acompaña en el día a día: es el viento frío que nos despierta por las mañanas, es el canto de los pájaros y la conversa de los amigos. Vivir cuidando el páramo es una forma de arte, en el que transmitimos saberes, sonidos y sabores, y fortalecemos el tejido social.
Conoce otras prácticas de cuidado y resaltar el tipo de práctica activo