La historia de La Roja Cerveza Artesanal empezó poco después de haber firmado el acuerdo de paz, se nos ocurrió la idea de fabricar nuestra propia cerveza, pero solo hasta septiembre de 2018, con la llegada de un profesor de inglés de la Universidad Externado al Espacio Territorial para la Capacitación y Reincorporación, ETCR Antonio Nariño, empezó a concretarse la idea, ya que él nos colaboró con la capacitación. La producción era de 25 litros y fuimos creciendo hasta llegar a 800 litros que es lo que cocinamos en la actualidad.

El agua que se utiliza viene de la quebrada Las Lajas que desemboca en el río Sumapaz, situación que garantiza su pureza por estar ubicada en un lugar con poca vida humana.

También cebada malteada, lúpulo y el trabajo amoroso de quienes integramos este proyecto. Queremos crecer no solo produciendo más litros, sino cultivando nuestra propia cebada. Los pobladores más antiguos recuerdan que en épocas pasadas los campesinos de la zona lo hacían, así que las tierras son aptas y eso le devolverá una tradición a la región.

Quienes hacemos La Roja estamos en proceso de reincorporación y esta forma productiva ha empezado a beneficiarnos a nosotros, pero no descartamos que en el futuro pueda beneficiar a muchas otras personas de la comunidad, porque los habitantes de Icononzo que no hacen parte del proceso de reincorporación ya ven como suya la cerveza porque nació en la región. Cuando bajo al pueblo a alguna diligencia, puedo ver con felicidad cómo sus habitantes orgullosos hablan y toman la bebida.

La Roja es un proyecto que se ha gestionado con recursos propios y esperamos en el futuro contar con apoyos del Estado que estén dirigidos a fortalecer la paz. Es una cerveza muy agradable al paladar y muy nutritiva porque no tiene componentes químicos. Muchas personas cuando la prueban dicen que su sabor se parece a la cerveza que se consumía hace 40 o 50 años. Las cervezas de hoy en día tienen bajos contenidos de cebada y preservantes que alteran su sabor.

El proyecto ha tenido muchos obstáculos y necesidades que no hemos podido suplir a la velocidad que quisiéramos: la energía eléctrica es intermitente, no hay una estructura de planta como la necesitamos, las vías son complicadas y traer insumos o sacar cerveza depende del clima y el estado de la trocha que le da acceso al espacio donde estamos; pero somos optimistas, seguiremos trabajando; a la gente le gusta la cerveza y vamos a salir adelante.

Nuestro producto está siendo reconocido, hay mucha gente que admira la cerveza, y eso nos enorgullece porque sabemos que es una bebida de alta calidad. Quienes la hacemos estuvimos en armas y en ese periodo aprendimos muchas cosas y desarrollamos muchos talentos que la mayor parte de la población desconoce. Todos esos saberes ahora los ponemos a producir en beneficio de la paz. El hecho de que la cerveza la produzcan exguerrilleros y exguerrilleras ha llamado la atención porque desde afuera la gente pensaba que nosotros solamente sabíamos manejar un arma, y resulta que todas las experiencias acumuladas en muchos temas dieron como resultado esta bebida. Algunas compañeras y compañeros no han podido mostrar sus habilidades, como es el caso de los enfermeros y odontólogos, otros están en proceso de certificar con el gobierno esos conocimientos para poderlos compartir.

La invitación es para que las personas conozcan el espacio territorial, las puertas están abiertas como siempre lo han estado, entérense de todos los productos y proyectos que aquí producimos incluyendo el de La Roja Cerveza Artesanal. Queremos que cuando nos visiten aprendan todo lo que nosotros sabemos para que multipliquen esa experiencia en sus lugares ¡Nosotros somos iguales a cualquier ciudadano y vamos muy bien!

[La autoría del presente artículo es compartida. Son las palabras de Arley en entrevista transcrita y organizada por Julieta.]