Sumapaz, territorio de luchas y conquistas

Daniel Rojas Almanaque Agroecológico Nazareth

En otros tiempos, Sumapaz era un territorio olvidado, pero ahora lo quieren todos

Cuando se habla o se escribe de Sumapaz se debe tener en cuenta el contexto del territorio. Esto implica aclarar que con el mismo nombre existe La Provincia de Cundinamarca, El Parque Nacional Natural y la Localidad 20 de Bogotá. Esta con el 65% del área total del distrito y un número de habitantes aproximado de 3.000, fue creada en cl año 1986, con el acuerdo 9 del Consejo y comprende entonces los corregimientos de Betania y Nazareth, en la zona norte, y de San Juan de Sumapaz, al sur, cada uno con un corregidor, pero sin fuerza pública. En total, comprende 43 veredas, de las cuales 9 pertenecen a Nazareth, que en el año 2015 manejó un presupuesto, sustentado en la sobretasa a la gasolina, de 4.600 millones de pesos.

Ya cerca de los años 50, inicia la organización por la lucha del territorio de Sumapaz, con la ayuda de Juan de la Cruz Varela y Erasmo Valencia. Se decide conformar la junta de agrarios para tener acceso a la tierra, desmontar a los terratenientes y dejar de ser arrendatarios o esclavos. Esa lucha causó la muerte de varios líderes y estuvo marcada por los conflictos entre las guerrillas liberales y los chulavitas, con la destrucción del caserío de La Concepción, ubicado en lo que hoy se conoce como el Plan de Sumapaz, en la vereda La Concepción. Con ello, se conquistó el derecho a la tierra para los campesinos y se logró obtener los primeros títulos. Desde esa época hasta el día de hoy existe cl Sindicato de Trabajadores Agrícolas de Sumapaz, que ha sabido defender la soberanía, la cultura campesina, los procesos de convivencia comunitaria, en continua lucha por la defensa del territorio, de la mano con las Juntas de Acción Comunal (JAC) que ya existían para esas fechas y nacieron ante la necesidad de hacer visible el territorio y de realizar gestión, ya que en esa época no había Junta Administradora Local (JAL) de Sumapaz y las entidades del orden nacional y distrital tenían en cuenta las peticiones (apoyo a construcción de escuelas, salones comunales, construcción de carreteras, apoyo a la electrificación de la zona) que realizaban estas organizaciones. Fue así como en cada vereda las comunidades decidieron conformar su JAC. Con los años, el Distrito Capital fue creciendo y absorbió a varios municipios de Cundinamarca, incluyendo lo que hoy se conoce como Localidad 5 de Usme, y se creó la última localidad de Bogotá, Sumapaz. Una vez se pertenece a la división político administrativa de Bogotá D.C., se nombra alcalde menor e inicia el periodo del inmolado y recordado pedagogo Jaime Garzón, quien logró interpretar el sentir del único territorio netamente rural del Distrito.

Ya en la década del 90 se conforma la Asociación de Juntas de Acción Comunal, con la participación de las veinticinco JAC de ese entonces (la más reciente es la JAC del Tunal Bajo). El poder organizativo de Sumapaz ha sido reconocido por las entidades distritales, que hacen que se consulte a la organización de base para desarrollar proyectos que generen impacto en la localidad. En este escenario, sin embargo, hace doce años se abre un nuevo capítulo de fortalecimiento de la participación distrital y se crean varios comités de intervención sectorial y poblacional (mujeres, jóvenes, adultos mayores, niños, discapacidad, cultural), los cuales han debilitado a las JAC, porque no hay una participación articulada a la organización que reconocemos como de base, donde confluye todo tipo de población y de género. De igual manera, al existir la Junta Administradora Local de Sumapaz, las JAC pierden capacidad de gestión y de consulta sobre los proyectos que se desarrollan en la localidad, por ser la JAL una autoridad de planeación, lo que lleva a que las entidades dejen un poco de lado la organización comunal. 

Esto explica el debilitamiento en la organización social y política, y otros factores de desestabilización organizacional.

En otros tiempos, Sumapaz era un territorio olvidado, pero ahora lo quieren todos. Por esto, la organización social y política de la Localidad tiene una ardua tarea en la defensa del territorio, ante el voraz apetito de las multinacionales y transnacionales y el auspicio del modelo económico que se desarrolla en nuestro país. Quieren estas, so pretexto de realizar inversión social, saquear y explotar el recurso hídrico y eco sistémico que posee el páramo de Sumapaz. Es por ello que se propone la conformación de la Zona de Reserva Campesina en la cuenca del río Sumapaz, para blindar el territorio de la construcción de hidroeléctricas en el río Sumapaz. En la cuenca del Río Blanco, por ejemplo, la Asociación Campesina, Ambiental, Cultural y Productiva de Sumapaz -SUMAPROS- ha adoptado un Plan de Manejo Productivo y Ambiental, para defender el territorio del proyecto de captación de aguas de la Cuenca de los ríos Blanco y Nevado, vía túnel, para abastecer la demanda de agua de la ciudad y la región.

Lo que le espera a Sumapaz es continuar la sistemática herencia de lucha por la autonomía y soberanía del territorio, por lo cual se han venido articulando Asociaciones Campesinas a través de LA RED DE PÁRAMOS de los municipios de San Bernardo, Fusagasugá, Soacha, Usme y Ciudad Bolívar, entre ellas, ACERCAMPO, lo que ha hecho que el nivel central nacional sienta la presión de las organizaciones en contra de estos megaproyectos, que atentan contra la soberanía de los pueblos y solo buscan garantizar que se sigan las pautas de una política económica extractiva.

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