Tipo de cuidado
Arte paramunoGeolocalización
De fiestas, recochas y parrandas
El pueblo de Usme, aunque religioso, no es tan serio.
El pueblo de Usme, aunque religioso, no es tan serio. Todo es excusa para tomarse unas chichas o unas cervezas. Los antiguos pobladores, hoy abuelos del pueblo, recuerdan que inclusive el acto de cultivar era una celebración, un momento de encuentro, para intercambiar historias y “echar cuentos: era un convite ir a sacar la papa. Era bonito y divertido”, y para el descanso tomaban cerveza, chicha o el famoso “cabrito”, cerveza de la época.
Los álbumes de familia y los recuerdos evidencian que todo terminaba en fiesta: la inauguración de la red eléctrica de la Requilina, el día de los Reyes magos, las novenas de aguinaldos, el día del campesino, el día de la madre, la celebración del santo de cada persona, y hasta la Semana Santa y las primeras comuniones. Los entierros, aún hoy, no son la excepción, pues después de procesiones y velaciones el desahogo por la tristeza y la muerte del ser querido terminan en las tiendas.
Durante las fiestas religiosas más importantes, como la de San Pedro, la Navidad, las procesiones y también las del día del campesino, se hacían bazares, bailes, arreglos de flores, arcos con frailejones para la decoración y actividades culturales que recordaban las raíces campesinas. Todos tomábamos, ¡y nos pegábamos “unas chumas”! El pueblo bailaba con música de cuerdas acompañada de claves, cucharas y raspas hechas de las carracas de los burros.